¿Qué es grande? ¿Qué es demasiado grande? La talla es un tema que produce gran polémica en la moda, pero es igualmente controvertido en la vida estadounidense. En 2008, un estudio reveló que la talla 14 es la más frecuente entre las americanas; el 64 por ciento de ellas tiene sobrepeso (en promedio pesan 75 kilos). La ropa de talla extra grande representa sólo el 18 por ciento de los ingresos totales en la industria de vestuario. Pero eso está cambiando: mujeres extra large han aparecido en portadas de revistas e incluso hubo un desfile "plus size" en la reciente semana de la moda de Nueva York.
Por Ginia Bellafante, The New York Times.
A principios de este año, los editores de la revista V sacaron una edición que presentaba a modelos de talla grande vestidas con prendas reveladoras y caras. En una fotografía, una mujer en traje de baño strapless, con un diseño que revelaba tres rollos, trata de mantenerse erguida en sus tacos aguja con plataforma. En otra, Tara Lynn, una modelo talla 16, está vestida solamente con un par de sandalias Dior.
Las principales revistas femeninas siempre han pretendido adoptar imágenes diversas del cuerpo de la mujer, publicando temas de "formas" que yuxtaponen a la delgada y muy delgada con aquella moderadamente gordita. Pero sólo en el último año más o menos se han levantado los límites para las mujeres extra large, apareciendo no sólo en revistas y en la televisión, sino también en el mundo más delicado de las pasarelas, lo que incluyó un desfile de Chanel en St. Tropez el segundo trimestre de este año y, recientemente, en la semana de la moda de Nueva York.
Este cambio se vio primero en los últimos meses del año pasado, más o menos, cuando Glamour publicó una foto pequeña de una modelo de alrededor de 1 metro 78 y 82 kilos que mostraba cómodamente el vientre. Fue tan poco común la aparición de la panza en este contexto que la revista recibió miles de cartas y comentarios, en su mayoría de apoyo resuelto. La modelo, Lizzie Miller, apareció en el programa "Today" y The Guardian publicó una reseña de ella.
Si los defensores vieron en estas fotografías imágenes no tan restrictivas de la forma femenina, los detractores percibieron nuevas instancias de extremismo fetichista. "Ésta no es una mirada positiva a las mujeres más voluminosas en la moda, sino un espectáculo estrafalario", escribió un usuario de internet sobre la foto de V. Otra persona señaló que glorificar el otro extremo no hacía nada por cambiar el mensaje esencialmente poco saludable de la moda: "Somos provocadas a diario por modelos esqueléticas... No obstante, desafío a cualquiera de ustedes a que idolatre a estas mujeres. ¡Nadie quiere ser así de gorda!".
La talla es un tema que produce gran polémica en la moda, pero es igualmente controvertido en la vida estadounidense. ¿Qué es grande? ¿Qué es demasiado grande? ¿Qué no es lo suficientemente grande? La mujer de talla extra large -para emplear el término que permite el marketing- existe en un ghetto cada vez más populoso y discutido. En los últimos años el movimiento de aceptación de la gordura, el cual nació en la década de 1960, ha cobrado impulso en el sistema en línea en lo que se conoce como la "fatósfera", en donde se gasta mucho tiempo en desacreditar los beneficios de hacer dieta y los peligros de la obesidad.
Sin embargo, en la cultura popular una reafirmación de la corpulencia se siente ambivalente. En la serie "More to Love", que transmitió Fox el año pasado, 20 mujeres que pesaban hasta 127 kilos aproximadamente competían por el afecto de un soltero con sobrepeso: las mujeres obesas podían ser merecedoras de los desprecios al estilo de "The Bachelor", pero definitivamente no eran dignas de los solteros con la apariencia de "The Bachelor". En forma similar, "Huge", un nuevo drama de la ABC sobre la lucha de adolescentes en un campamento para bajar de peso, muestra la presión por ser delgado como bullying social, mientras sugiere que podría ser realmente mejor si los participantes dejaran de devorar sus chocolates contrabandeados.
Quizás en ninguna parte la confusión cultural que rodea a la mujer con sobrepeso es más pronunciada que en los esfuerzos de la industria de la ropa por vestirla. De acuerdo con un estudio de 2008 que llevó a cabo Mintel, una empresa de estudio de mercado, la talla que se usa con mayor frecuencia en Estados Unidos es la 14. Las estadísticas del gobierno muestran que el 64 por ciento de las mujeres estadounidenses tiene sobrepeso (la mujer promedio pesa 75 kilos). Más de un tercio es obeso.
Sin embargo, la ropa de talla extra grande (habitualmente sobre talla 14) representa sólo el 18 por ciento de los ingresos totales en la industria de vestuario femenino. La correlación entre obesidad y bajos ingresos explica en parte la discrepancia -la recesión fue especialmente dura en este segmento del mercado, las ventas declinaron el 10 por ciento entre 2008 y 2009, una caída dos veces mayor que la de la industria de ropa femenina en general-, pero no del todo. Esa cifra ha sido bastante constante durante los últimos 20 años.
Mientras existen cada vez más mujeres con sobrepeso, lo que hay disponible para vestirlas sigue siendo limitado. Cuatro meses después de la publicación de las fotos en V, la edición de abril de Elle francesa mostraba a Tara Lynn sin ropa de nuevo; esta vez sentada en un sillón de mimbre con el respaldo de abanico como si estuviera esperando un cóctel en una colonia nudista. ¿No pudo encontrar nada que ponerse?
Un recorrido por la fatósfera -sitios como Brickhouse, Fatchic.net y Fat Girls Like Nice Clothes Too- resulta en docenas de blogs dedicados a las frustraciones que las mujeres extra large enfrentan para encontrar ropa que no sea sólo oscura. Como las blogueras Kate Harding y Marianne Kirby explican en su libro, "Lessons from the Fat-o-Sphere: Quit Dieting and Declare a Truce with your Body" (Lecciones de la fatósfera: Deje de hacer dieta y declare una tregua con su cuerpo): "Es tal la escasez de ropa para las gordas que encontrar algo de su talla, algo simplemente 'bastante bueno', puede parecer un importante triunfo adquisitivo. Pero no creemos que tengamos que conformarnos con algo 'bastante bueno'. Tenemos que escoger algo grandioso".
Más resulta que "lo grandioso" es difícil de encontrar. Mintel lo confirmó en un informe de 2009 sobre el mercado de ropa extra grande de Estados Unidos. "No hay una extensa gama de estilos en las tiendas dedicadas a las tallas extra grandes", me aseguró David Lockwood, director de investigación de Mintel. El negocio de estas tallas a menudo es considerado como terciario, "un hijastro", señala Marshal Cohen, analista en jefe de la industria de NPD Group, una firma de estudios de mercado.
En los últimos años han entrado ocasionalmente nuevos participantes al juego, como lo hizo el diseñador Elie Tahari no hace mucho; pero igual que otros, ellos se han salido del negocio o lo han reducido. En 2005, H&M dejó de vender ropa extra large en Estados Unidos. J. Crew y Ann Taylor empezaron a vender ropa extra large exclusivamente en línea. En vista de los desafíos que enfrenta una clienta de esa talla, el cambio a un espacio virtual donde no se puede probar nada le puede parecer hostil.
El mercado para la ropa extra grande es muy difícil: las mujeres compran menos que lo que podrían porque lo que ven no les atrae; los fabricantes y comerciantes minoristas citan cifras de ventas malas como evidencia de la baja demanda, por lo tanto no entregan el abastecimiento que podría satisfacer los gustos cambiantes. Pero corregir el desequilibrio no es algo tan simple como traducir lo que aparece en una pasarela de Milán en una talla más grande. No es porque Miuccia Prada no pueda soportar a las mujeres de talla 18 que ella no haga vestidos de esa talla. El tema de la imagen y el temor a una merma en la marca tal vez jueguen un rol, pero el negocio de hacer ropa grande resulta ser sumamente complicado. El mayor obstáculo está en crear un prototipo. Si ya tiene una línea de ropa y un sistema de tallas establecido, no puede hacer simplemente tallas más grandes. Necesita sistemas totalmente nuevos de confección de patrones.
Los pocos fabricantes de elite que se han extendido al mundo de las tallas grandes demuestran que se requiere de capital y paciencia en igual medida. Marina Rinaldi, una rama de Max Mara, vende 3 millones de piezas de vestuario de talla grande cada año en 93 países. Para hacer estas prendas sofisticadas, Marina Rinaldi emplea a 50 personas en el departamento de patrones solamente. Hay tres modelos en el estudio de diseño todos los días. Debido a que gran parte de la tela es stretch, hay que probar su resistencia a la tensión: el 80 por ciento se manipula mecánicamente o a mano para medir la elasticidad. Cortar una tela stretch es más complicado, porque no se queda fija en la mesa; para coserla se necesita un hilo con elasticidad. Para cuando el largo cardigan sale a la venta en US$ 395, puede parecer casi económico.
Curiosamente, el mercado para la ropa más grande cobró impulso mientras el país estaba en medio de una de sus primeras locuras por las dietas. La obsesión con el peso ha estado incrustada desde hace tiempo en la psiquis estadounidense; la ropa extra grande antecede los años 80 por siete décadas.
A principios del siglo XX, una clienta le pidió a una costurera de origen lituano llamada Lena Himmelstein Bryant, cuya tienda en Nueva York se convirtió en la base para la cadena Lane Bryant, que le hiciera un vestido que pudiera usar para salir mientras estuviera embarazada. Bryant lo reprodujo rápidamente, con lo que creó lo que se considera como el primer vestido maternal comercial. Para 1911, a la ropa maternal de Bryant le estaba yendo muy bien, pero los periódicos se mostraban reticentes a dar cabida a la publicidad de ésta. Por lo tanto Bryant, con su segundo marido, Albert Malsin, desarrolló un catálogo para pedidos por correo. Cuando eso resultó ser un éxito, decidieron abordar el prêt-à-porter para la mujer "de figura corpulenta".
A medida que el negocio de Lane Bryant seguía creciendo, uno de los libros superventas en el país era un instructivo para bajar de peso llamado "Diet and Health with Key to the Calories" de Lulu Hunt Peters. Columnista de temas médicos en Los Angeles, Peters bajó ella misma de peso al limitar su consumo de alimentos a una serie de unidades alimenticias de 100 calorías.
Mientras el ideal de la joven larguirucha echaba raíces, a las mujeres se las instaba continuamente a que ocultaran sus kilos de más. Un libro de texto de 1926 sobre costura advertía a las mujeres "gordas" que evitaran las superficies brillantes porque "hacen que la figura parezca más grande que lo que hacen las opacas". La dimensión voluminosa era objeto de oprobio moral en la cultura popular durante las primeras décadas del siglo XX, como señala el historiador Peter N. Stearns en su libro "Fat History: Bodies and Beauty in the Modern West". En esa época la revista Living Age decía: "La gordura es ahora considerada como una imprudencia y casi un delito".
Aunque una cierta aversión hacia la gordura ha caracterizado la vida estadounidense por más de 110 años, no es tan sorprendente que haya más que un pequeño disimulo en la venta de ropa grande. En los catálogos impresos y en línea a menudo se ve poco esfuerzo por reflejar las realidades de las proporciones de las clientas. Neiman Marcus utiliza modelos delgadas para vender las tenidas extra large, como lo hace también Woman Within, dedicada exclusivamente a este mercado. En Neiman Marcus, el departamento de tallas grandes se llama "Women's" y los tamaños abarcan desde un ofuscante 1x a 3x, como en otros lados. Lane Bryant, todavía líder en este campo, se refiere a la categoría dedicada a las tallas 28 a 36, que maneja la marca hermana, Catherines, como "exclusives".
En abril, Lane Bryant difundió su primera publicidad televisiva para su línea de lingerie, Cacique. Igualmente compró un momento al aire durante "American Idol" en Fox y esperaba una vitrina en la ABC (la que nunca obtuvo). Cuando Fox solicitó una edición, la compañía declaró que era víctima de prejuicios contra las tallas. "Sí, éstas son las mismas redes que han vestido escasamente a esposas muy desesperadas que seducen a cada hombre de la cuadra", decía el comunicado de Lane Bryant. ya
Por Ginia Bellafante, The New York Times..
Publicado el 28/09/2010
Fuente: Revista Ya, El Mercurio
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